Dar luz al amor
Por Rusvelt Nivia Castellanos
Siempre,
engendrar la educación humana,
hermosa como la evolución,
nos corresponde meditarla con los sabios,
pasar por donde Sócrates para
escuchar su sabiduría, ir a la
fuente de su poesía griega, ser
el canto y el acto altruista,
enseñar con las virtudes, conocerme
a mí para respetar al prójimo.
De efecto, madurar en el peregrinaje
y visitar el templo de Aristóteles
y descubrir su retórica con su ética.
Hacer un escrito que contenga sus mejores apotegmas
y esparcirlo a la comunidad que me rodea,
la moraleja de la mano con la bondad.
Una vez propiciado lo justo
crecer entre más libros, leerlos con agrado
para los días de buenas nuevas;
vivir en la casa del maestro, que ora parábolas,
allí interiorizar su verdad y luego emanarla
a quienes buscamos la razón con paz,
por la fraternidad mundial.