Poema: Niñe Nadie

Música: Erick Medina

Fotografía: Cyntia Kent y 

                         Objeto de Miradas

Ensoñación hacia el verano

Verticalmente, florece una gran colonia.
Comunalidad de sentidos, cuando el cartel de Morena es izado.
La capa de todos los males gobierna mi cabeza,
tengo frío y camino despacio hacia el cobertor.
¿Dónde estoy?
En Tijuana sigo perdido, deslizo a ningún sitio este cuerpo bajo.
El vaho derrite ventanas,
Voy descalzo de charcos pavimentados en brisas, luego en Palmas,
topes_péndulos, canicas, un estandarte de los precios,
la madre sola, vegetales al vapor, arribo a Julia ‘s kitchen.
Me convierto en habitante,
surfo, blogger, terrateniente de tierras ocupadas.

Hago una licuadora_lavadora_fumadora
y descolonializo el patio leyendo a Yásnaya,
a Gloria,
a Spivak.
Pero soy surfo, hago mitote en el Pueblo.
Cambio botes de tkt por humo, tos o mota.
Estoy perdido y nadie me habla. Yo
bajo rampas hacia la Libertad,
hacia la Zona,
hacia el mar.
Inconcluso, camino en vértigo
desde los significados del dolor,
hacia el paraje verde que nace mañana.

Pesadilla

Soñé otra vez muy despierto
esa pesadilla viva en el día
que no se agota,
naciente de un mundo
_imaginado_real,
donde cambiar de forma
ocurre en lugar ciego.

El vacío cubre
la noche, casa mía.
Y ¿qué sufro entonces al evocar sombras?

(dueño único,
cielo final,
ojo dormilón,
garganta universal)
Embriagado mar,
cuenta doy,
dentro, en vuelo nocturno,
de cuán necesario es remembrar.

¿Hasta el fondo
me rompo?
¿aterrando
al pueblo
que habita mis caídas?

Callo al observar
cómo brotaron muy amantes del sol estos cuerpos verdes,
cada mañana,
negándose al suelo.
¿No soy yo,
escapando del gran cian imborrable,
contrario a su ser acostado,
durmiendo el sueño
de la tierra?

Los árboles son simbólicas dagas
y crecen apuntando hacia mi firme prado.
Yo, por muchas noches
sin vaivén, diviso
entre sueños
cómo muero
hacia abajo.