Por Francisco Javier Valenzuela Saravia
arranca tripas de los diarios
dispersos en la acera
cepilla su barba
con los hechos de la sección
Político Nacional
enjuicia cada título y epígrafe
lejano ajeno a nosotros y a sí mismo
pues su nombre hace mucho
que prefiere mendigar
los fondillos rasgados de la ambición
todo a sus lagrimales le es literatura
cada cigarro cada vino en caja
le es más sincero que la sociedad
impávido cada noche
surca las excreciones del consumo
como el príncipe decapitado
de un país de cristales:
ciudad a deshora
invadida por la juventud
sin más amarillos hallazgos
carga a cuestas la resaca
dobla el desaliento en su cartón
prende la radio
y canta dos
o tres canciones
dos o tres cumbias
antes de dormir