Por Diego Omar Guadarrama Santiago
Mi nombre es Kofuku y soy una joven fushiji, la cual siempre va vestida con un vestido largo en color rosa. Pertenezco a una raza antigua que estuvo en este mundo hace miles de años, pero desafortunadamente una guerra terminó con casi toda mi raza. Me encuentro en una dimensión distinta desde hace mucho tiempo, a la espera de la persona indicada, aquella que estoy encomendada a guiar para convertirse en el gobernante de este mundo.
He olvidado cómo es aquel mundo donde solía vivir antes de aquella guerra entre la luz y la oscuridad. Me pregunto si todo se habrá vuelto igual o incluso más hermoso de como lo recuerdo, me gustaría mucho poder echar un vistazo al mundo donde nací. Este mundo, el cual mis señores, Aisuru y Chi, crearon para que yo pueda aguardar a gusto es muy hermoso, un gran jardín muy parecido al Niwa donde mis señores habitaban. Hay un pequeño lago, la luz del sol ilumina y calienta todo lo que toca. Por las mañanas corre por doquier un aire muy fresco con gran fluidez, me recuerda que puedo ser libre algún día. Hay un pequeño jardín lleno de hermosos tulipanes, curiosamente son las únicas flores que hay en este lugar, y como aquí no corre el tiempo como debería, más que el sol y la luna, jamás se marchitan o mueren. A pesar de no tener algún aroma hay ocasiones en las que percibo uno muy ligero, el cual está lleno de alegría al mismo tiempo que de melancolía. Aquí nada cambia y nada envejece, mi cuerpo sigue siendo el mismo que cuando entré aquí a los veinte años. Hoy tengo cinco mil años, pero no lo aparento.
Por las tardes me gusta sentarme en cierto lugar a esperar el ocaso, mientras toco la melodía que más me gusta con un violín que me entregaron mis señores al momento de entrar aquí. Me pregunto si algún día podré salir de esta dimensión; volver a sentir el pasar del tiempo en mi cuerpo; convivir con más personas. Es lo que deseo. Me pregunto cuándo será el momento en que aparezca esa persona, y sobre todo el día que encuentre la entrada a esta dimensión y me haga libre para así cumplir la encomienda de mis señores.
Toda mi vida antes de estar aquí había sido blanco de muchos hombres, pero yo siempre rechazaba a cada uno de ellos. Ojalá le hubiera hecho caso a alguno de tantos, quizá hubiera podido ser un poco más feliz, saber de los placeres que la vida tiene. Como estoy aquí no puedo saber nada de eso. Aquí todo lo tengo que hacer sola, nadie me acompaña, nadie puede hacer nada por mi más que yo. Es algo triste todo esto, tantas oportunidades perdidas. Ahora solo espero que la persona elegida sea un hombre, de esa forma podría hacer con él todo lo que no hice antes. Ya no estaría sola para muchas cosas. Sería algo increíble, pero no sé si sea hombre o mujer, solo el destino sabe quién será aquella persona.
Anoche soñé que llegaba una persona, era un hombre joven, de aproximadamente 21 años, un poco delgado a mi gusto. Parecía tener miedo, pues no decía mucho, pero era él, la persona que había estado esperando, aquella a la que yo tendría que guiar, la que me sacaría de esta dimensión y me llevaría al mundo real de nueva cuenta. Pero solo fue un sueño, me hubiera encantado que fuera realidad.
De nueva cuenta he soñado con la misma persona. Esta vez fue distinto, le ayudé a hacerse una con todo el poder que le pertenecía, aunque solo fue momentáneo. Aunque se mostraba menos tímido, parecía como si hubiera pasado algo pues me veía distinto, había un brillo en sus ojos. Quizá mi deseo esté ocasionando que sueñe todas estas cosas en este momento, no creo volver a soñar con él de nueva cuenta.
Tal como lo dije, han pasado días desde la última vez que soñé con aquella persona. Es una lástima que incluso en sueños no haya podido salir de esta dimensión, pero así es esto, tendré que continuar con todo como siempre. Tendré que aguardar el momento y día indicados para poder salir. He pensado que incluso si llega a ser mujer, una vez termine con ella y su destino se cumpla, buscaré a alguien con quién disfrutar y gozar mis días.
Han pasado 21 años desde aquel entonces. Me pregunto por qué no he vuelto a soñar nada igual. Incluso el rostro de esa persona se ha ido difuminando lentamente, ya casi no puedo recordar nada de aquellos sueños tan extraños. A pesar de eso hoy es un día tan familiar. Aunque todos los días aquí son prácticamente iguales, hoy tiene algo distinto, como si se avecinara algo importante, no puedo describir exactamente esta sensación. Me pregunto qué será todo esto. ¿Se estará acercando el día en que conozca a esa persona? No, no tengo que hacerme ilusiones de nueva cuenta, mejor iré a donde siempre, tocaré hasta el anochecer.
Ha sido una noche muy larga, jamás había durado tanto la noche, ¿que estará pasando? Iré al lago a despejarme un rato y darme un baño. Pero, ¿qué es eso…? ¿Acaso hay alguien ahí? Eso es imposible, aquí no hay nadie, pero, definitivamente es la silueta de una persona en medio del lago. Aunque aún estoy muy lejos para comprobar si hay alguien ahí. No puedo creerlo, sí hay alguien ahí de pie, ¡es un hombre! Es igual a aquel que soñé hace ya 21 años, pero hay algo distinto en él, no es tan delgado como creía, incluso muestra más seguridad de la que recuerdo. Es como si algo hubiera sucedido por lo cual es de esta forma, también podría ser alguien más, tengo que acercarme a comprobar quién y qué es lo que quiere aquí.
—¿Quién eres tú? —he preguntado.
—Mi nombre es An —ha respondido—. Es un gusto conocerte, este… ¿Cuál es tu nombre? —agregó.
—Me llamo Kofuku y soy la guardiana de este lugar. ¿Cómo has llegado a este lugar?
—Es algo extraño, he pasado a través de una cascada después de haber superado la prueba que hay en ella y me ha trasladado a este lugar. Como hacía tiempo no tomaba un baño he visto este lago y he decidido darme uno. Espero no te moleste.
—Por supuesto que no me molesta, para eso sirve el agua después de todo, para limpiar lo que esta sucio. Yo me dirigía de igual forma a tomar un baño.
—Eso es perfecto, ¿por qué no vienes? —dijo con cierta picardía—. Es broma, has de pensar que soy un aprovechado, pero nada de eso.
—Por supuesto que lo pienso. —Aunque sí lo pensé, ¿será buena idea ir? Apenas lo conozco—. Iré, pero no quiero que intentes nada raro, te estaré observando.
—De acuerdo, no intentaré nada raro.
Todo esto es algo raro, quiero saber quién es, si es la misma persona que vi aquella vez en sueños. Estoy caminando hacia la orilla del lago, me pregunto qué estará pensando. ¿Qué es eso? Parece ser su ropa, es algo extraño, no recuerdo ese tipo de ropas. Claro, ha de ser algún nuevo tipo de vestimenta, después de todo he estado aquí por mucho tiempo, es normal que estas cosas cambien. Yo únicamente visto el mismo largo vestido en color rosa que tanto me gusta. ¿Qué pensará al verme con estas ropas? Quizá se le haga anticuado, las demás mujeres han de vestir algo más llamativo en estos tiempos. Bueno, dejaré de pensar estas cosas y entraré al lago. Creo dejaré mi vestido cerca de donde está su ropa. Me sorprende que no haya volteado a verme. Afortunadamente el agua me cubre hasta el cuello.
—¡Eres muy hermosa! —dijo apenas he llegado a donde estaba.
—¿De verdad piensas eso? Has de conocer mujeres más hermosas que yo —respondí.
—Realmente no, no conozco a muchas mujeres, únicamente convivo con una, pero es un tanto agresiva para ser mujer. Ella me ha entrenado por varios años para que pudiera entrar a este sitio.
Eso es extraño, nadie tendría que saber acerca de este lugar.
—Has estado aquí por varios miles de años, ¿cierto?
—Sí, han pasado poco más de tres mil años.
—Eso es sorprendente. Yo no podría estar tanto tiempo sin estar con alguien.
Definitivamente no es quien yo había soñado, aunque tienen ciertas similitudes.
—Tienes unos grandes y hermosos ojos —dijo mientras yo pensaba—. De igual forma tienes una sublime sonrisa y un bonito y largo cabello color castaño.
No puedo creerlo, sí es él. Esos ojos son imposibles de olvidar, no puedo creer que sea él.
—¡Muchas gracias! —respondí sonrojándome un poco.
—¿Cuándo podré empezar mi entrenamiento?
—¿Entrenamiento? —Cierto él ha venido hasta aquí con ese propósito. —Mañana mismo empezaremos tu entrenamiento para que puedas controlar todo tu poder.
—Me parece perfecto.
Es increíble, eso me sucede por todo lo anterior. Siempre creí poder vivir sin un hombre a mi lado, ahora no creo que haya alguien que quiera estar conmigo. Me gustaría decirle lo que pienso, pero solo sería un desperdicio. Tengo que sacar estas ideas de mi cabeza y seguir adelante como siempre lo he hecho, sola, tengo la capacidad de hacerlo.
Ha pasado un año desde que An llegó. Jamás volvió a mencionar nada al respecto, no volvió a elogiar nada de mí, ni yo he mencionado algo al respecto. Por lo menos estoy cumpliendo mi encomienda, lo he preparado bastante bien para que cumpla su destino. Ya es capaz de controlar más del cincuenta por ciento de sus habilidades, aunque aún le hace falta una gran parte de su verdadero poder. Él está consciente de ello. Pronto saldremos de aquí para que se una al resto de su poder que espera fuera de la cascada.
Al fin ha llegado el día, hoy saldremos para continuar su entrenamiento fuera de esta dimensión. Estoy emocionada por al fin salir de aquí. Es una mañana hermosa, An ha crecido tanto en muchos aspectos. Es una lástima que no haya ocurrido nada en este año juntos.
—¡Kofuku, Kofuku! —me llamó mientras yo seguía pensando en lo mismo de siempre—. ¿En qué estás pensando?
—En que al fin podré ver el mundo de nueva cuenta. —No podía decirle la verdad.
—Ya veo —me respondió, aunque había algo en su rostro, como si quisiera decirme algo importante, incluso estaba algo ruborizado—. ¿Te parece si aguardamos otro día en este lugar? Quisiera pasar un momento más a solas contigo.
—Sí, está bien. Pero, ¿por qué?
—Hay algo que me gustaría decirte.
Nos dirigimos a donde solíamos platicar durante las tardes. Una vez ahí se adelantó a mí y dijo:
—¿Recuerdas el día que nos conocimos?
—Claro que lo recuerdo —respondí—. ¿A que vine esa pregunta en este momento?
—Ese día… —Se quedó callado un momento sin saber qué decir. —¡Ese día simplemente me enamoré de ti!
—¡¿Qué?! —No podía creer lo que me estaba diciendo, todo este tiempo creí que no sentía nada por mí. ¿Por qué me lo dirá ahora?
—¿Por qué nunca dijiste nada?
—Sentía que no era correcto. Yo vine aquí con un propósito y no era enamorarme de ti. Además, jamás te fijarías en alguien como yo. Eres demasiado hermosa, solo mírate, posees un bonito físico, una delgada cintura, grandes caderas, un bonito pecho, un largo y hermoso cabello color castaño al igual que tus grandes y bellos ojos, tu sonrisa es reluciente y posees unos grandes pómulos que me gustan mucho. Nunca creí que tuviera una oportunidad contigo.
—No digas eso. Yo me siento de la misma forma por ti. Pensaba que no te podrías fijar en alguien como yo.
—¡No puedo creerlo! De haberlo dicho antes otra cosa sería en estos momentos, Kofuku.
—Aún no es tarde, An. ¡Yo estaré contigo hasta el final!
—Kofuku, eso me hace tan feliz. ¡Quiero estar contigo a partir de hoy hasta el final!
—¡Y yo contigo, An!
Finalmente, mi mayor deseo se hacía realidad. Podía estar con un hombre que yo amaba y él a mí. Era simplemente una noche mágica a la luz de las estrellas, no podía pedir nada más que dormir al lado de An durante toda mi vida. Me sentía muy feliz de tenerlo a mi lado. Me sentía tan protegida con ese simple hecho. No quería que la noche acabara, quería que fuera eterna.
Una vez que salimos de aquella dimensión sabíamos que pasaríamos por diferentes adversidades para conseguir parar una guerra de más de 5000 años. Para ello An tuvo que hacerse uno con la otra mitad de su poder, la cual permanecía en forma de lobo blanco. An ya había sido capaz de hacer esto veces anteriores, pero únicamente por momentos. Esta vez era para siempre. Fue complicado, aunque logró conseguirlo. Ahora An era mucho más fuerte que antes, estaba listo para enfrentar aquel gran mal que permanece oculto, “la inmensa oscuridad”. An tenía todo el poder de la luz y debía ser uno con la oscuridad.
Durante varios meses An se tuvo que enfrentar a Kirai, el portador de la oscuridad. Yo estuve junto a él en cada batalla, ayudándolo desde la retaguardia. Durante la última batalla casi pierdo la vida a manos de Kirai, afortunadamente An me salvó. En ese momento logró liberar todo su increíble poder oculto. Era magnífico, brillaba con una gran intensidad. En ese momento venció a Kirai y de esa forma mi misión estaba totalmente completa: guiar al elegido a ser el gobernante de todo. An se hizo el dueño de la luz y la oscuridad.
Han pasado 5 años desde que An gobierna todo y es increíble. Es un gran gobernante. No pude haber encontrado un mejor hombre que él. Ahora tenemos dos grandes y hermosos hijos, una bonita niña llamada Yorokobi, que significa alegría, y un pequeño niño de nombre Meiyo, que significa valor. Soy muy feliz, cumplí mi misión y ahora estoy viviendo mi sueño, lo que más deseaba, y todo con la misma persona.
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