Por Pilar Sanjurjo Murujosa
me persigue un reloj
llueve arena de su vientre
cae lenta,
suavemente,
se amontona y acumula en la costa
contemplo
que se me pasa la hora,
que ya estoy en hora
de sumergirme
la playa se inunda
me dejo llevar por la
marea que, como engranajes rotos
me devuelve a la orilla
rechaza mi ritmo
la ausencia también es un tiempo
no hay fuga posible. estoy como
sonámbula, la correntada
me revuelve el
estómago/pelo/la ropa se rasga
¿cómo se escapa del zig-zag?
me vuelvo sal y
me adhiero como parásito a los
caracoles/algas/corales
los golpes están puliendo mis hábitats
en un momento no voy a ser
más que marcas pero eso ya no interesa
no es una épica despedida
no soy
mártir de la carencia