Por Rodolfo Aristeo Villafuerte Contreras
Puedes venir por lo que queda de tu piel.
Ya ha sido suficiente vivir así:
extrañarte es un suicidio que acepto sin replicar.
Tengo tatuadas las últimas palabras que dijiste al partir.
Ya no es lo mismo, pero dime tú:
¿qué mañana es igual?
Ver tu piel alejarse es una espada que desgarra mi alma.
Cada uno de tus pasos es una herida nauseabunda.
Si regresaras, nada sería igual
pero dime tú, ¿cuál mañana es igual al despertar?