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Cuento | El chico del traje negro

Por Jeymi Alessandra Sánchez Galván

Después de salir de la escuela mi grupo de amigos hablaba sobre qué pasaría si un terremoto golpeara la escuela mientras estamos en clases, yo iba detrás de ellos escuchando todo, la verdad mis amigos a veces pueden ser muy molestos. Cuando llegamos a casa de mi amiga escuché pasos dentro del bosque, pero cuando di vuelta no había absolutamente nadie. En mi pueblo todo es bosque y las casas están todas juntas, por eso vamos en grupo de regreso a casa; siempre escucho ruidos en el bosque, probablemente son ardillas o cualquier otro animal. 

Por la noche mientras me preparaba para dormir, lo vi por primera vez, pasaba por la calle vestido con un traje negro muy elegante; como era de noche no podía ver bien su cara, pero lo que me llamaba la atención eran sus ojos azules. Encendí la lámpara que estaba sobre mi mesa de noche, el chico del traje dirigió su mirada hacia mi ventana, después corrió hacia el bosque y no lo volví a ver en toda la noche. 

Al día siguiente en mi escuela le conté a mis amigos lo que había visto, pero ellos me tomaron por loca. Por la noche volvió a pasar en frente de mi casa y de nuevo corrió al bosque como si quisiera que lo siguiera. Él pasaba por mi casa todas las noches y siempre corría hacia el bosque. Este suceso duró aproximadamente dos semanas hasta que una noche cuando él corría al bosque tomé mi chaqueta y me la puse arriba de mi pijama para ver a dónde me llevaba. Como mis padres seguían dormidos abrí la puerta lentamente para no despertarlos ya que nunca me dejarían salir a estas horas. Lo dudé unos segundos, pero de todos modos entré al oscuro y espeso bosque. Mientras buscaba al chico del traje tropecé con la rama de un árbol, a lo lejos se veía una luz que salía de lo que parecía ser una cabaña. Como hacía un poco de frío entré a la cabaña para calentarme, había una pequeña cocina y una sala de estar con una chimenea que me quitó el frío, me senté en la sala y sentí que alguien me observaba así que decidí salir a revisar, cuando salí de la cabaña escuché que alguien se escondía en los arbustos y cuando revisé me di cuenta de que era el chico del traje. Me acerqué a él y le pregunté: 

—¿Por qué querías que te siguiera? 

No me respondió, solo me miró con cara de confusión, como si no me entendiera. Me tomó de las manos y me llevó a un lugar que nunca había visto, el lugar estaba iluminado gracias a las luciérnagas que pasaban por ahí. 

—¿Es esto lo que querías que viera? —pregunté pero de nuevo me miró como si no me entendiera, después sacó de sus bolsillos una rosa y me la entregó, luego se acercó a mi oreja y me susurró:

 —Vuelve a casa antes de que noten que no estás—. Tomé la rosa y sin pensarlo dos veces me dirigí a casa. 

Ya era de día así que probablemente mis padres estaban despiertos, pero cuando abrí la puerta ellos seguían profundamente dormidos. Puse la flor en agua para que no marchitara y regresé a mi cama. A la noche siguiente el chico del traje no volvió a aparecer pero yo todavía conservo la flor que me regaló, esa flor me proporciona seguridad cuando duermo y sé que algún día el chico del traje y yo nos volveremos a ver.

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